Los movimientos populares debaten alrededor de Vicentín y proponen que haya participación de la agricultura familiar y el cooperativismo agrario en la empresa.
«Apoyamos la decisión política del Presidente Alberto Fernández de avanzar en el control estatal de Vicentín, evitando que continúe el proceso de extranjerización e iniciando un camino de recuperación de la Soberanía Alimentaria», señalaron en un manifiesto por el trabajo y la producción.
En diálogo con la agencia de noticias ANSOL, Gildo Onorato, de UTEP Evita, subrayó: «Lo importante es que el Estado tenga una intervención concreta sobre la dirección de la empresa, sea vía expropiación o vía empresa mixta».
En ese sentido, entienden que lo fundamental es que el Estado tenga participación en áreas estratégicas de la economía como la producción de granos y de alimentos.
Onorato propuso también la creación de un millón de chacras: «Hay una enorme cantidad de tierras ociosas en manos del Estado. Tiene que ser cedida a los productores para encarar desde ahí un proceso de producción distinta. Ese tiene que ser el primer camino para crear las chacras», explicó el dirigente del Movimiento Evita.
También piensan en la necesidad de desconcentración urbana. Aseguran que se podría pensar también en la creación de mil nuevas ciudades con autoabastecimiento, reserva de mercado, economías circulares y que sean ambientalmente sustentables. «Hay que repoblar el campo de una forma más democrática. Hoy en Argentina, una autocracia agroexportadora nos dice que somos un país rural cuando solo el 8 por ciento de la población es rural.», señaló.
Para Onorato, como en el mundo entró en crisis la dinámica de producción de alimentos, Argentina tiene que volver a la producción de alimentos agroecológicos porque «Es una manera de alimentarnos sanamente y con los nutrientes necesarios para afrontar la vida. La industrialización de la alimentación está generando mucha enfermedad y daño», indicó.
También recordaron que a poco de asumir, el presidente Alberto Fernández alzó a los movimientos populares como protagonistas de una nueva Argentina. «Ese protagonismo nos impulsa a plantear transformaciones. Sin una reforma productiva y poblacional, no vamos a tener destino como nación.«
Por último, indicó que los movimientos populares tienen que tener posiciones claras y constructivas en el debate sobre Vicentín. El punto radica en «discutir el modelo productivo de la Argentina en el siglo XXI», concluyó.
