Los sindicalistas van por los grandes

La historia de cruces entre sindicalistas y fútbol tiene muchos capítulos pero parece que se apresta a vivir su años dorados. Con el regreso a la vida pública de muchos gremialistas y el crecimiento de las arcas de las asociaciones sindicales en los últimos años, la principal pasión de los argentinos se volvió a convertir en uno de los objetivos principales en el que los dirigentes posaron sus ojos (y su dinero).

Conocida es la llegada de Hugo Moyano a la presidencia de Independiente con una lista «de unidad» que incluía a varios gremialistas de renombre de la CGT Azopardo, pero también de otros espacios. Para Moyano Independiente fue la chance de armar una especie de «transversalidad» que incluyó a gente de Azopardo, de la CGT Azul y Blanca, a líberos (como la Bancaria), referentes del PRO y hasta algún dirigente cercano al oficialismo nacional.

La fórmula del camionero para mejorar su imagen pública, blanquear algunos negocios y re lanzar sus alianzas estratégicas, tuvo varios antecedentes en clubes de ascenso con sus hijos y yernos como protagonistas y hasta un paso por la más que polémica gestión Comparada en «el rojo».

A la avanzada de Moyano le siguió la exposición pública del dirigente de casinos, Daniel Amoroso, de sus aspiraciones en Racing Club.

Daniel Amoroso es líder de los trabajadores de casinos, miembro del PJ, legislador del PRO, y actualmente del espacio de De Narváez. Apuesta a llegar a la presidencia de «La Academia» con un slogan que reza “Con Amoroso Racing Puede Más”.

Los cruces entre sindicalismo y fútbol no son nuevos en Racing que ya tuvo un presidente de las filas del gremialismo. Juan Destéfano, bajo cuya conducción Maradona dirigió a La Academia, había sido dirigente de la UOM y cercano a Augusto Timoteo Vandor.

En las últimas horas otro que subió su perfil en su carrera por la presidencia de un grande es Víctor Santa María. El dirigente de los encargados de edificios empapeló la Ciudad y el conurbano con carteles que señalan «Boca Somos Todos».

El dirigente sindical, actual presidente del PJ porteño y del club Sportivo Barracas, lanzó así su candidatura presidencial xeneize y espera competir con unos viejos conocidos: el macrismo.

Enfrentados en la Ciudad y también en La Boca, Santa María y el PRO se verán las caras en varias oportunidades en el futuro cercano.

El jefe de los porteros es un hábil estratega para conseguir alianzas políticas. Buscará que detrás de su candidatura cierren filas todos los sectores del FPV, además de los fondos que puede obtener de muchos dirigentes gremiales de las distintas centrales que apuesten a poner un pie en La Boca.

El pasado reciente de Boca también se encuentra marcado pro el paso de un dirigente sindical. Roberto Digón, histórico dirigente del gremio del Tabaco, compartió la conducción de Boca con Mauricio Macri en los años ’90, lo enfrentó después y hasta hoy es uno de sus críticos habituales en la política.

Los lazos entre el gremialismo y la política empiezan a ser cada día más frecuentes. Algunos marcan que los negocios cruzados, el dinero oscuro y las relaciones de poder los motivan. Además, la pasión del fútbol puede ser un trampolín inigualable para quienes catapultarse a la arena política.