(Por Jorge Duarte @ludistas) Las negociaciones para posponer el debate de la Reforma fueron subterráneas, silenciosas y llevaron más de un mes. Reuniones mano a mano con Senadores y Gobernadores sin difusión. Trabajo técnico y legal. Apoyo del PJ y errores no forzados del Gobierno. «En este primer tiempo del partido veníamos perdiendo 2-0 y se lo dimos vuelta. Ahora, habrá que jugar el segundo…».
«Les proponemos pasar el debate al 10 de febrero», explicó Patricia Bullrich a las 16:56 de este jueves mientras todos todavía estaban concentrados en la discusión. El anuncio de la titular de la Comisión de Trabajo del Senado, en medio del Plenario legislativo en conjunto con la Comisión de Presupuesto que trabajaba para apurar el dictamen de Reforma Laboral, sorprendió a todos. Sólo unos minutos antes había chicaneado a la CGT en las redes sociales.
«Se dieron cuenta que no tuvieron consenso para aprobarlo esta semana. No juntaban el quorum», la dijo a InfoGremiales Mariano Recalde, reconocido abogado laboralista y Senador de Unión por la Patria, que estuvo siguiendo al minuto lo que ocurría en la Comisión.
Bastaron apenas 8 días para que la avasallante Bullrich tuviera que serenar su temperamento. Primero le marcaron los tiempos con la conformación de las comisiones. Luego le objetaron que no siguió el reglamento. Ahora le avisaron que las cosas no salen exprés ni a libro cerrado.
Desde la CGT se adjudican el traspié del oficialismo que coincidió con la protesta que emplazaron en simultáneo en la Plaza de Mayo y en distintos puntos del país. «Este es un triunfo de la CGT. Nosotros veníamos trabajando silenciosamente con todos los gobernadores y sabíamos que esto no podía salir sin cambios ni debate», señaló una altísima fuente de Azopardo.

Según pudo saber InfoGremiales, las charlas con los senadores y los gobernadores fueron encabezadas por Cristian Jerónimo y Jorge Sola. Ambos eran moderadamente optimistas en que los libertarios no lograrían la aprobación del proyecto sin debate. Fueron reuniones y contactos telefónicos casi permanentes. La mayoría sin difusión para evitar cualquier ruido que pudiera generarse y que los funcionarios de Casa Rosada pudieran interferir.
Desde lo técnico hubo una serie de cuestiones, tanto legales como económicas, que estuvieron sobre la mesa con los mandatarios provinciales. Desde recursos que dejarían de percibir hasta el impacto negativo que iba a generar la judicialización de buena parte del texto del borrador que tenía claros problemas de redacción.
«Jugaron bien los gobernadores con los que se acordó, ayudó la movilización y también ayudaron los errores no forzados del Gobierno», reconocen desde Azopardo. El desafía era claro: habían garantizado el acompañamiento de Unión por la Patria, un bloque de 28 Senadores, pero necesitaban conseguir 9 votos más. Al menos para buscar reformas en los puntos más sensibles del proyecto.
«Ahora se abren chances de discutir. Igual, no vamos a cometer el error de empoderarnos como hizo el gobierno», sostienen desde la cúpula cegetista. Creen que la Reforma que desde el Ejecutivo ya daban por descontada ahora está en otro plano. «En este primer tiempo del partido veníamos perdiendo 2-0 y se lo dimos vuelta. Ahora, habrá que jugar el segundo…», grafican.




