La UOM atacó al denunciante de lavado

Su nombre ganó notoriedad en los medios de comunicación por una acusación que desembocó en la imputación de Antonio Caló y el resto de la cúpula de la UOM por presunto fraude y lavado de dinero. Sin embargo, el perfil de Segundo Pantaleón Córdoba tiene otras aristas que llaman la atención.

El ex jefe del Departamento Judicial de la Unión Obrera Metalúrgica fue condenado a un año y nueve meses de prisión por lavado de dinero, tras ser interceptado en la terminal de Buquebus cuando trataba de llevarse 800.000 dólares al Uruguay.

Está procesado por desviar 375.000 pesos y por haber defraudado al sindicato en 192.000 pesos, por el pago de «honorarios» a un abogado que era su amigo personal. Y aún debe prestar declaración indagatoria por una estafa procesal, en la que utilizó un pagaré de 5 millones de pesos “firmado” por el entonces secretario general Lorenzo Miguel, en el que se le reconocía una deuda a favor de una empresa inexistente.

 

Córdoba registra también un oscuro prontuario en lo que refiere a su vínculo familiar: fue procesado por golpear a su ex mujer, María Laura Sueldo, y por no cumplir con sus deberes de asistencia familiar.

El abogado Nicolás Urrutia -representante legal de la ex esposa- confirmó este dato en diálogo con el diario Crónica, al que le relató el último episodio de violencia que provocó la disolución de la pareja.

«Estaban con la hija de Córdoba y con otra que tenían en común y, por una nota escolar que no le gustó cómo estaba escrita, se generó un episodio de violencia y le pegó con la tapa de la cacerola en la espalda. Esto se prolongó durante la noche, cuando la arrastró de los pelos. A partir de ese momento, Sueldo se retiró de la casa”, recordó el asesor letrado.

La Justicia dictó posteriormente una restricción de acercamiento que nunca se levantó y fue cumplida a medias, ya que el ex empleado de la UOM se comunicaba con su hija y la sometía a un hostigamiento psicológico con frases del estilo, «decile a tu madre que levante las denuncias así podés viajar de nuevo a Miami, a Punta del Este, y vas a recuperar tus cosas».

Para no cumplir con sus deberes de asistencia familiar, Córdoba, de 67 años, se quedó sin bienes para repartir con su esposa; ¿cómo hizo? Vendió todo lo que tenía y cerró sus cuentas bancarias en el país, sin consentimiento conyugal; por esa razón creen que falsificó firmas en varias operaciones inmobiliarias.

La UOM repasó todos estos antecedentes en una enorme solicitada que apareció publicada el viernes en los principales diarios nacionales, para exponer «quién es el hombre que denuncia» al sindicato.