La mala elección de Vidal dejó fuera de diputados a la apuesta del gremialismo macrista

La mala elección de María Eugenia Vidal en el territorio bonaerense dejó a la apuesta del sindicalismo macrista sin  banca en diputados. El elegido del ala sindical, que venía a reemplazar el lugar que había conseguido 4 años atrás el ruralista Pablo Ansaloni, era el quilmeño Alejandro Poli.

Poli es dirigente de un pequeño sindicato de remiseros local que comenzó a crecer al calor del poder y la protección que le dio en vida Gerónimo «Momo» Venegas.

Leal al armado macrista, integrante del Partido FE, fundado por el propio Venegas para materializar la pata peronista de Cambiemos, e hincha de Argentino de Quilmes, Poli estuvo en el selecto grupo de 12 apóstoles sindicales invitados por el Ministerio de Trabajo para viajar por el viejo continente con Jorge Triaca con el objetivo de explorar «modelos de diálogo social». De allí se dirigieron a La Rosada para dejarle un presente al propio Mauricio Macri.

El «golpe de suerte definitivo» de Poli fue en mayo de 2017 cuando fuera designado por el gobierno (gracias al patrocinio de Triaca) para administrar la obra social del otro gremio de remiseros, con el que la propia organización de Poli se disputa los afiliados. Es decir maneja un sindicato y se quedó con la principal caja de recursos de su competencia.

Este mismo año el juez federal Claudio Bonadio pareció detener el camino ascendente del gremialista. Es que detectó irregularidades en la expansión de su gremio, el Sindicato Único de Trabajadores de Remises y Autos al Instante (Surya). De acuerdo al expediente judicial, que dio a conocer La Nación, el Surya incorporó afiliados con documentos falsos y sin su aval.

Bonadio comprobó que al menos 370 sobre 585 casos investigados fueron irregulares. Solo una persona de las consultadas reconoció haber firmado el padrón que está bajo sospecha. El juez determinó el procesamiento de José Rómulo Garay, el exjefe del Surya cuando se inició el expediente judicial. Garay, que es cercano a Poli, fue además embargado hasta cubrir 500.000 pesos.

«Fue en la gestión de Garay, antes de que yo asuma en el gremio», se desligó Poli en aquel momento.

El avance de la causa judicial podría complicar al exministro de Trabajo Triaca porque fue él quien avaló la expansión gremial desconociendo el curso de la investigación que se tramitaba en el juzgado federal de Bonadio.

El remisero que quedó en el puesto 19 de la nómina de Juntos por el Cambio, era el dirigente gremial mejor posicionado pero la mala elección de Vidal lo dejó lejos de tener una chance como legislador. De hecho sólo ingresaron 14 postulantes por ese frente electoral.