Dramático: «Necesitamos que vengan médicos, enfermeros capacitados. Nosotros no podemos hacer más nada»

La situación en el departamento de Orán de la provincia de Salta es tan grave que ya es compatible con el famoso punto de saturación hospitalaria que advirtieron los países que pasaron antes por eso en lo que va de pandemia. El sindicato de azucareros responsabiliza al Ingenio Seaborg, ex El Tabacal, por tapar información, por no querer detener la producción frente a un brote de contagios, por la falta de protocolos sanitarios y por exponer a los trabajadores fuera de convenio. La empresa negó todo desde el primer momento pero los contagios no frenan, las muertes se siguen sumando y el sistema sanitario finalmente se desbordó. 

Claudio Colque, secretario general adjunto del Sindicato de Trabajadores del Azúcar del Ingenio San Martín de El Tabacal, aseguraba a fines de agosto que en el sistema de salud «ya no hay lugar». Ahora, acercó a InfoGremiales audios que respaldan su denuncia. Se trata de un médico del Hospital de Orán que explica la dramática situación en la que se encuentran: 

«Estamos realmente atropellados por esta situación. Independientemente de que no tenemos gente, ya estamos cansadísimos, agotados mentalmente porque son todas malas noticias», cuenta.

El gobierno provincial inyectó financiamiento para el departamento pero este médico pide recursos humanos para poder seguir: «Ya no sé que estamos haciendo. Necesitamos que venga gente, que nos den una mano, que vengan médicos, enfermeros capacitados. Nosotros no podemos hacer más nada, hasta acá llegamos.«

El médico también señala responsabilidades políticas. Hace dos días el gobernador Gustavo Sáenz pidió la renuncia a la ministra de Salud, Josefina Medrano. Su reemplazante será el doctor Juan José Esteban: «Cada vez hay más gente y más gente, y somos cada vez menos médicos, menos enfermeros. Esa ecuación no cierra. Eso lo tienen que entender las autoridades sanitarias… el gobierno de Salta y la Nación. No es cambiar un ministro de Salud o un gerente. En vez de ayudarnos, nos complican más«. 

Y se sincera: «Llevo 7 días acá, tengo ganas de que me pongan algo, acostarme a dormir y no saber más nada porque todos son malos momentos. Psicológicamente a los pocos que estamos acá ya no nos da la cabeza ni la fuerza para seguir con toda esta historia. Es lamentable.»