Denuncian 180 despidos en Paraná Metal

La situación de Paraná Metal vuelve a ser conflictiva. Es que la planta desde que López se hizo cargo en 2009 y principalmente desde la reapertura hace tres años y medio atrás, hay suspensiones permanentes. Sólo este año entre abril y agosto no las hubo, por gestiones obreras para incrementar líneas de trabajo.

La breve calma se cortó con la recepción de 180 telegramas de preaviso de despido para el 31 de octubre.

Según relata la Agencia de Noticias de la CTA Rosario, en este 2015 el punto de inflexión se dio tras la muerte de Gerardo Lauck, aplastado por una percha de una cuchara que pesaba unos 400 kilos. Las discusiones posteriores sobre seguridad y condiciones de trabajo llevaron a poner en duda la continuidad de la planta poco después del velatorio.

“En aquella discusión, cuando le plantearon cómo pensaban seguir y cuál era la perspectiva de mejoramiento de la planta, el Gerente General, dijo que si la empresa no conseguía afianzar la producción que estaba desarrollando y tenía en vista, cerraba la planta el 30 de septiembre. Recordemos que estábamos hablando de la muerte de un compañero”, destacó Leandro Del Greco, miembro de la Comisión Interna de Paraná Metal, integrante de la UOM Villa Constitución y referente de la CTA Autónoma villense.

Del Greco, ingresó a la trabajar en una empresa contratista en 1995 pero pasó a planta recién en 2005, un caso sintomático.

El 29 de Junio de 2015 la empresa planteó que si no había trabajo ni concreciones de contratos, cerraría la planta el 30 de septiembre. Fue entonces cuando se abrieron canales de diálogo con el Ministerio de Trabajo de la Nación. En aquel momento los empresarios plantearon posponer el cierre por existir avances con pedidos de producción de Ford, que le permitirían cierto crecimiento para el año siguiente, pero, sin dar mayores detalles, afirmaron que no descartaban reestructurar la empresa.

“Eso fue dando ánimo, pero igual siguieron las tratativas, incluso hubo llamados del Ministerio de Industria a la empresa para que se sigan concretando tareas”, detalló el metalúrgico.

La realidad es que lo que llama la atención de los operarios es que el anuncio de cierre no se condice con las perspectivas de mejora para el 2016. Algo que invita a pensar, sin ser una certeza en absoluto, que se trata más de un apriete al gobierno actual y al que viene que de una voluntad definitiva de desprendimiento de la gigante metalúrgica.

La patronal viene pivoteando entre reparaciones internas, avisos de cierre a largo plazo y líneas de trabajo que se abren de cara al año próximo.

Por ahora existe un canal de diálogo abierto con la cartera laboral nacional, que se lleva adelante a través la UOM nacional. Según las propias autoridades, las conversaciones de Carlos Tomada y su par del Ministerio de Industria, Debora Giorgi, se realizaron en duros términos con Fabian De Souza, uno de los dueños.

“Nosotros tenemos la decisión de seguir laburando y buscar alternativas de continuidad, con la empresa o sin ella. Es muy difícil si no hay producción, pero nuestra idea en estos 60 días es buscar alternativas, pelearla y continuar con las fuentes de trabajo. Desde la empresa está claro que algo están buscando, el tema es que no sabemos si es dilatar el tiempo y terminar en el cierre definitivo o continuar con la producción y ejercer presión mediante la amenaza de cierre”, expresó Del Greco.