El inoxidable Armando Oriente Cavalieri ya entabla conversaciones informales con las cámaras empresarias de la actividad para llegar a un acuerdo de partes en medio de la crisis económica. El líder de los mercantiles, gremio que nuclea más de un millón de asalariados registrados, ensaya un modelo similar al que la UOM le planteó ayer a las patronales.
La idea de base, que resuena ya por varios pasillos sindicales, es que se pacten suspensiones masivas mientras dure la cuarentena a cambio de preservar los empleos. Los mercantiles dan por descontado que la idea de Alberto Fernández de sostener los ingresos mientras dure el aislamiento es inviable salvo para los supermercados, únicos que por estas horas mantienen niveles de ingresos similares a los de los momentos previos a la coronacrisis.
En el sindicato imaginan un entendimiento en el que se garantice el 70% de los salarios de los empleados, más el pago de los items complementarios, a cambio de un esquema de suspensiones con paz social que, en principio, serían por los próximos 60 días.
La contraparte debería garantizarle al gremio el sostenimiento de las fuentes de trabajo para el día después del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Claro que no hay certezas por estas horas sobre cuando será eso.
El caso testigo para Cavalieri se firmó el lunes en AUSA, única autopista en la que Comercio tiene representación. Allí llegó a un entendimiento con la firma para la reducción de la jornada de 600 trabajadores de un total de 900. El personal restante realizará guardias mínimas y teletrabajo.
En la práctica AUSA pagará el 70% de la remuneración total de los meses de abril y mayo, incluyendo los adicionales en la base de cálculo. En la práctica, los empleados cobrarán como suma no remunerativa el equivalente al 87% de su ingreso neto normal.
