En lo que fue el octavo día de protestas en la puerta del lavadero industrial Apparel Argentina, ubicado en el barrio porteño de Chacarita, ayer la policía porteña reprimió a los trabajadores. Se trata de un conflicto en un sector estratégico para combatir la pandemia que por estas horas tiene semi paralizada la Argentina y buena parte del mundo.
En la jornada de ayer se produjo una audiencia clave para saldar el conflicto de partes, en la que la directora del ministerio de trabajo Gabriela Marcelo dictó la conciliación obligatoria. Parecía que era un impasse de 15 días en las protestas por salarios impagos y precarización laboral en la firma.
Sin embargo, al salir de ese encuentro, Apparel Argentina rompió la conciliación y no permitió el ingreso a sus empleados para que puedan regresar a sus puestos de trabajo. Para colmo la policía porteña llegó al lugar y los volvió a reprimir con golpes y gases.
Además, desde el gremio de tintoreros y lavaderos que lidera Luis Pandolfi, denuncian que la empresa, con la colaboración de otras plantas, sigue prestando servicio a sus clientes tercerizando la producción. «El objetivo es desgastar a los trabajadores para que abandonen el reclamo», advirtió el dirigente.
«Seguiremos adelante con la representación de los compañeros y de sus familias. No vamos a permitir este tipo de empresarios inescrupulosos y sinvergüenzas que hacen dinero a costilla de los trabajadores para después desecharlos por el hecho de reclamar un derecho», concluyó Pandolfi.
