Le faltan dos años para jubilarse y lo despidieron por solidario

A Osvaldo Gerardo Scavone lo despidieron por solidario básicamente, o al menos, eso le dijeron. Ayer se presentó a trabajar como cualquier otro día y le comunicaron de palabra que la fábrica de pastas Villa D’agri S.R.L. prescindía de sus servicios. La razón que le dieron está relacionada con los 2 Kg. de pasta semanales que la empresa le entrega a cada operario por convenio todos los viernes. Osvaldo observó que muchos de sus compañeros no los retiraban entonces empezó a organizarse con ellos para poder donar esos alimentos a un comedor llamado ‘Lucerito’ del barrio Lucero, en Villa Madero. 

A la empresa esto no le gustó, «pensaban que me robaba los ravioles», dijo. Osvaldo logró convencerlos de que le permitieran recibir las cajas afuera de las instalaciones. «Yo esperaba afuera con el baúl de la moto abierto y los muchachos me iban dejando las cajas al salir.»

Cuando el ‘Lucerito’ cerró porque se les rompió la cocina, Scavone siguió su labor con el Comedor ‘Rayito de Sol’, de Ciudad Evita y para darle transparencia al asunto, este comedor publicaba un agradecimiento por las donaciones a Osvaldo y a sus compañeros de trabajo. 

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La empresa usó esta publicación para aducir que un cliente se había quejado por incumplimiento a la confidencialidad porque se veían las marcas de sus clientes en las cajas.

«Es extraño que la empresa mire mi facebook, suena feo ¿no?» Y el argumento es al menos poco claro. La publicación no la hace el trabajador en cuestión, no se menciona a la fábrica ni a quienes serían sus clientes, Osvaldo recibía las cajas de pastas fuera de las instalaciones, tal como le había solicitado su empleador y las donaciones las agradecen a Scavone y a «sus compañeros de trabajo», que fueron quienes efectivamente las donaron. Por el momento, no parece haber caso.

Al consultarle por esta confusa explicación, el trabajador nos contó un entramado más complicado. «Ellos usan esta excusa porque quieren sacarse gente de encima. No quieren comprobar. Te mandan a juicio y como vos vas a estar tres años litigando, llegan a un arreglo, pagan menos y punto».

Hoy es el segundo día que pasa sin que a Osvaldo le envíen el telegrama de despido por lo que todavía no se sabe cuál será la estrategia de la empresa. Sin embargo, él la valora «Es una buena empresa, pagan en fecha, sueldos medios, me tomaron con 56 años, yo estoy agradecido». Incluso hizo aportes «He mandado cinco notas de hasta dos carillas contando los problemas que yo veía para mejorar la producción, no pueden decir que no me interesaba mi trabajo pero se ve que nada de eso les sirvió. No soy un mal trabajador, yo sé que soy buen trabajador».

Pero ¿Por qué se quieren sacar gente de encima? «Están echando a la gente que les molesta ahora o les molestará en un futuro, no sé.»

En el último tiempo echaron a cuatro personas, «Casi todos somos personas que estábamos en oposición a los delegados de la fábrica, creo que son de la lista azul» del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Pastas Alimenticias (STIPA).

A Scavone le interesaba más la propuesta de la lista celeste y blanca que apareció hace un par de meses pero no pudo expresarlo con su voto. «Hicieron una selección y bajaron a gente del padrón aduciendo que en el traspaso de contratado a efectivo te dan de baja pero te seguían descontando igual, no sé. Tuvimos discusiones. Yo creo que ahí habrán hecho una lista y de a poquito van… Por ahí creyeron que yo me quería postular algún día a delegado y yo lo que quería era jubilarme».

A Scavone le faltaban poco más de dos años para alcanzar la jubilación, ahora está analizando sus posibilidades. «Tal vez vuelva a hacer juguetes. Yo fui artesano en una feria cinco años, no necesito mucho, me voy a arreglar. Lo que me preocupa es el comedor porque ya no van a poder contar con esa comida. La gente no sabe lo que pasa, se necesita mucha ayuda«. 

Desde la empresa por el momento no dan explicaciones.