La llamaron durante mucho tiempo por un nombre que ya no la representa pero desde hace unos 10 años es Morena Díaz. Nació en la 1-11-14, ubicada en el Bajo Flores de la entonces Capital Federal, cuando el brigadier Osvaldo Cacciatore gobernaba con un severo plan para erradicar las villas. Ahora vive en un PH y los fines de semana visita a su mamá, que vive en Provincia de Buenos Aires.
No le gusta decir su edad y su aspecto le hace la segunda, no la expone. Estudió en el Instituto Coreográfico Argentino, en el barrio porteño de Liniers. "Descubrí la danza tarde, arranqué como a los 22, 23 años. Empecé cuando los demás estaban terminando. Por suerte tenía condiciones y eso me abrió el camino".
Pero "Si esperaban a Panam..."
En 2005 entró a trabajar en el estudio de Laura Fidalgo. Su apariencia entonces andrógina convivía con su forma de hablar suave, con cierto carisma y habilidades pedagógicas que le sumaron puntos para ser profesora de nenas durante 10 años. "Aparecía yo, dos metros de puto o de trava, toda vestida de negro. No daba el estereotipo de persona que le enseña a una nena. Si esperaban a Panam..." pero a los niños no les importan esas cosas, el problema pueden ser algunos adultos. "Yo trataba de separar mi vida personal por los prejuicios... pero recibí mucho reconocimiento de los padres, hay mamás que hoy por hoy son mis amigas, fue una época muy linda para mí".
Todavía no había hecho el proceso de transformación. Entre 2005 y 2015 tuvo idas y vueltas "No por miedo a dar el paso sino por ese condicionamiento que existe, de que si sos travesti tenés que ir solamente abajo de un puente a prostituirte o a vender merca. Yo tenía incorporado el estereotipo también de lo que es una travesti o una transgénero y de lo circunscritas que están a una condición social marginal. Somos el último orejón de la escala social pero esto empezó a cambiar en estos últimos 7, 8 años. Este año tan de crisis y de revolución fue un año de mucho cambio y de mucho paso al frente para el colectivo más que nada travesti-trans.", reconoce.
A Morena no le gusta dar explicaciones sobre su vida pero sabe que para erosionar los prejuicios que la limitaron a ella es importante contar historias de personas que salen de esos estándares estancos adonde les arrojan. "La noche, la droga y la prostitución existe, es verdad, pero yo siempre me resistí horrores a caer en ese grupo. No por rechazo sino por querer generarme una profesión, un camino laboral estable, entonces siempre me mantuve al margen y guardé mi transformación, mi proceso para hacerlo más lento, cuando estuviera más estabilizada en el trabajo. De hecho, Laura y la gente que trabajaba conmigo sabía mi historia, lo fui planteando. Pero recién hace 4 años me hice el cambio de DNI, por ejemplo. No quería estar dando explicaciones pero cuando salís de lo binario lo tenés que hacer y es cansador."
El ambiente de la danza al trabajar con el cuerpo entrenado no perdona el paso del tiempo: "Ellos nunca me plantearon el tema de la edad pero hay una vida útil, cumplís un ciclo. Después te tenés que reinventar". Y cuando pensaba que iba a terminar atendiendo un kiosco la vida la volvió a sorprender.
La CEAMSE, el CEAMSE
Un día, hace 5 años, un amigo la invitó a una fiesta de disfraces de su trabajo, ella dudó pero se animó. Ahí conocío a Jorge Mancini, el secretario general de la Asociación Gremial Obreros y Empleados del CEAMSE (AGOEC) que estaba con su mujer y sus hijos y Morena se hizo amiga de la pareja. Así empezó a frecuentar las reuniones sociales del sindicato hasta que luego de un año de conocerse Mancini le dijo que quería que trabajara con él: "Yo estaba todavía metida en la danza, en otra frecuencia, le pregunté a dónde iría. Él me quería llevar a La Plata, nunca supe a qué porque no fui."
Pero al poco tiempo su trabajo en el estudio de danza se empezó a complicar por cuestiones ajenas a ella y empezó a mirar con buenos ojos la propuesta. "Con 48 años, empezar de cero en otro estudio de danza me parecía horrible así que le dije a Jorge que tanto que me estaba diciendo, que quería trabajar en el gremio", para eso tenía que entrar a la empresa.
Ante la consulta sobre si se decía "el CEAMSE" o "la CEAMSE" responde "Yo digo que trabajo en CEAMSE, y me evito el la, lo, le y esta cuestión de género, que ya bastante tengo conmigo como para andar pensando en el género de la empresa", se ríe.
El baño, ese depósito de prejuicios
En marzo la llamaron para hacer el preocupacional en el que salió "Apto A", una categoría que implica un estado de salud óptimo: "Ya eso llamó la atención porque más de uno esperaba que me reboten por tener restos de droga, de alcohol, o por tener HIV. Eso es lo que algunos esperan de una travesti".
Recién entró a trabajar en julio, cuatro meses después porque desde el área de inspección, donde iba a empezar, "presentaron una nota diciendo que no había un baño acorde a mi. Pensarían que necesito grifería de bronce, prefiero creer", ironiza. Era evidente que era una excusa para no permitir que Morena ingresara. Ella había estado de visita en la empresa varias veces, visitando a su amigo, en esos momento "nunca nadie se cuestionó a qué baño iba a ir, yo iba al baño de mujeres, hasta que apareció la posibilidad de que yo entrara a trabajar" y eso activó las dudas.
"Cuando entré fue toda una conmoción que pasaba alrededor mío aunque yo no me enteraba de nada. Sí después hubo gente que vino a mí oficina a decirme 'La verdad yo era una de las personas que no quería que vos entraras a trabajar en la empresa y te vengo a pedir disculpas' y fue bueno.", recuerda.
Empezó a trabajar en una de las oficinas que el gremio tiene en zona norte con trabajo administrativo, asistiendo a las distintas secretarías con atención a los afiliados. Se empezó a foguear en charlas al público para conscientizar sobre el uso de drogas: "Yo me movía en el círculo de la danza y trabajaba con niños, no conocía mucho del tema. Sin embargo, algunos estaban convencidos que yo me drogaba, todo por el estereotipo. Yo me enfoqué en trabajar".
Así llegó a la sede central, donde sus compañeros y compañeras la conocieron más por lo que cuando en 2018 armaron la secretaría de políticas de género "Me dije 'Esta va para mí'", pero no fue hasta el día antes de las elecciones que le anunciaron su candidatura como un hecho formal porque no hubo otra lista, por lo que la secretaría ya tenía su nombre.
"Yo también tenía una imagen del trabajo sindical equivocada, lo que te mandan los medios no es lo mejor que te pueden mostrar pero al ver el trabajo que se hace desde adentro, tan social, tan humano, desde mi gremio y desde otros, ahí me generaron ganas de comprometerme con la causa. Quería hacer lo mismo que hacían otras secretarías, que realmente tenían una función social".
Secretaria de Políticas de Género
Al día siguiente que asumió tuvo su primer caso por violencia de género. Una trabajadora denunció a su familiar y compañero de trabajo porque la golpeó. La empresa quería echarlo a él pero vivían a media cuadra y Morena pensó que si lo echaban la situación podía terminar peor. Con la denuncia formal hecha, decidió separarlos totalmente durante la jornada laboral y que el abogado de la empresa hable con el trabajador para decirle que iba a conservar su puesto mientras no volviera a pasar. "Por suerte salió bien y hoy en día tienen una buena relación familiar. Es que no era un problema sistemático sino una situación aislada. En ese momento lo resolví así, quizás si me volviera a pasar lo resolvería de otra forma".
"Ahí me di cuenta que la agenda me la va a marcar lo cotidiano, lo que le pasa a las mujeres y los hombres de la empresa". Y empezó a armar charlas sobre violencia de género, intrafamiliar hasta que llegó a la violencia en el ámbito laboral: "Hay muchas cosas que pasan desapercibidas por la costumbre, hay que conscientizar. Es una de las cosas que más costó que se vieran en la empresa porque creían 'Eso acá no pasa' y sí, pasa porque pasa en todos lados, al lado, arriba, al costado. No es demonizar al hombre en sí, pero hay que visibilizar porque ellos no ven todo lo que le pasa a una mujer. Si les pasara una cuarta parte de lo que les pasa a las mujeres ¿qué hacen?".
En esa búsqueda empezó junto a la abogada de familia Nadia Torres a dar talleres sobre masculinidad: "A ver qué les pasa con esta nueva mujer que va para adelante, genera proyectos, que hace su camino, que busca la soberanía sobre su cuerpo con el derecho al aborto, que quiere lo que le pertenece y se le niega. Qué les pasa con que haya una persona trans al frente de una secretaría de género, qué pasa si estoy atrás de un escritorio en vez de prostituyéndome como única opción. Se generan muchos disparadores que están buenos, recién ahí se enteran que con el patriarcado perdieron algo."
En su trabajo como secretaria Morena asegura que cuenta con libertad y capacidad de decisión y valora mucho la oportunidad y el espacio que le dieron en el gremio: "Había que ser inclusivos cinco años atrás cuando nadie me quería adentro de una empresa. Además, casi el 50 por ciento de la comisión directiva somos mujeres, algunas desde hace mucho tiempo. El gremio me dio siempre el 'ok' para todo, incluso una vez intervine el logo de AGOEC con la bandera del orgullo gay."
En CEAMSE se encontró con varios compañeros gays, que mantienen sus vidas privadas por fuera del ámbito laboral porque ya saben que si se sabe van a ser discriminados. "No los culpo, no sé qué hubiese hecho yo si lo hubiese podido esconder. No veía el motivo, nunca escondí mi condición de gay pero el proceso posterior es otra cosa. Yo ya no lo podía esconder, soy indisimulable." Entro y soy un cachetazo a lo estándar." Pero ese cachetazo hace que algunas cosas cambien para bien: "Ahora, de a poco, algunos compañeros postean cosas del colectivo LGBT y yo creo que es porque saben que si alguien les dice algo va a haber una persona que los va a defender. El gremio nos tiene que representar a todos, incluir a todos."
Este año Morena pudo hacer una sala de lactancia en la empresa por la que tuvo una mención especial del Ministerio de Salud de Nación "Fue una propuesta de las compañeras y lo pudimos llevar a cabo, estoy feliz".
También inauguraron un hogar transitorio para víctimas de de violencia de género "Es un departamento de 3 ambientes que se alquilaba como galpón y lo reformamos. Surgió por una urgencia que sufrió una afiliada, hubo que alojarla en la quinta del gremio, entonces decidimos que era mejor tener un lugar hasta que se hacen las denuncias, las perimetrales y todo lo que corresponde."
Y lograron la aplicación de la Ley Micaela en la empresa, "Vamos a capacitar a todos, desde los subgerentes y la comisión directiva del gremio hasta todos."
En estos días está organizando junto a la Mesa de Mujeres Fuerza Sindical ciclos de capacitación para mujeres sindicalistas "La idea es que haya más mujeres que se animen a militar... prefiero decir a trabajar, en un sindicato. Quiero más mujeres que se presenten a delegadas, quiero verlas en las listas. Porque muchas veces, si desde los gremios no las convocan, no se meten. Y algunas, algunos llegan y cierran la puerta, no dejan que otras se sumen. Desde mi secretaría se apunta a la equidad, a la inclusión y tengo que predicar con el ejemplo."
Nos despedimos charlando sobre el placer que le genera lograr aumentar el compromiso de más mujeres y hasta hombres "Eso me pone muy feliz, porque quiere decir que de a poco la cabeza va cambiando".