Urgente: Larreta mandó a reprimir a los trabajadores del Subte

“Nos tiraron balas de goma”, gritó uno de los trabajadores, cuando la medida de fuerza recién había comenzado en las líneas E y H. La protesta se enmarca en un plan de medidas iniciado hace varias semanas, en repudio al aumento paritario del 15 por ciento pautado por el Gobierno porteño y la UTA, que dejó fuera de la mesa de diálogo a los Metrodelegados.

“Estamos rodeados por la policía. Hubo incidentes, empujones y balazos de goma. Lo que están tratando de hacer es aberrante, porque están intentado impedir que usemos nuestro derecho constitucional a protestar y hacer huelga. Nos están queriendo sacar de nuestros puestos de trabajo a la fuerza”, sostuvo Claudio Dellacarbonara desde la Línea H.

El viernes pasado el paro hasta el mediodía afectó a la Línea D, este martes era el turno de las Líneas E y H. La medida contemplaba el corte total del servicio hasta las 12 y luego la apertura de molinetes hasta las 14.

Pero en vez de transcurrir en orden, como ocurrió con las protestas anteriores, el Gobierno porteño intenta sabotear la medida de fuerza ordenando que las formaciones sean conducidas por personal jerárquico, que fue escoltado hasta las vías por un operativo a cargo de la Policía de la Ciudad.

Los trabajadores del subte intentaron impedirlo y el enfrentamiento ocurrió en medio del andén de la Línea H. La policía, además, no mostró ninguna orden judicial de desalojo para avanzar con palos y balas de goma.


La medida de fuerza de los metrodelegados comenzó a las 0 con la paralización de las tareas de limpieza, taller y mantenimiento, continúa con la interrupción del servicio desde las 5.30 hasta las 12. Y hasta las 14 apertura de molinetes. El plan de acción es en rechazo del acuerdo paritario salarial de 15,02 por ciento entre el Gobierno, la concesionaria Metrovías y la UTA, y las más de 100 suspensiones a los trabajadores que, desde el 23 de abril, participan en las protestas.

La empresa Metrovías, concesionaria del servicio, aclaró que «los telegramas de suspensión ya ascienden a 114» y están originados en lo que califica como «acciones ilegales tales como la ocupación de instalaciones, apertura de puertas de emergencia y/o la liberación de molinetes». En el texto advirtió que «en caso de reiterar esta inconductas laborales, las mismas darán lugar a sanciones más severas».

Pasados los minutos de mayor tensión entre la policía y los trabajadores, la medida de fuerza retomó la dinámica habitual y los metrodelegados ocuparon sus puestos de trabajo para continuar con la protesta.