No Satisfaccion

Alivio y comodidad en las caras, y sobre todo en los gestos, de los miembros del Gobierno Nacional. Guerra de nervios en el movimiento obrero. Casi que no haría falta extenderse más en esta columna para explicar quien salió ganando y quien no en este minué de box que la conducción de la CGT unificada llevó adelante con motivo de sus reclamos.

Sin embargo, la suerte estuvo echada en dos momentos previos: el primero cuando CAME le concedió al Sindicato de Comercio un casi seguro cierre “de lujo” para las paritarias con un 15% mas un probable bono de $ 2.000.- lo que, según el balance del sindicato, llevaba la paritaria anual a casi el 41,5%. Esto es así porque los “verdaderos patrones” del sector lo conforman los grandes del retail (supermercados, cadenas de electro, shoppings, etc) y si estos movían en el sentido de “largar una moneda” –claro que con el no menor dato de encuadrarla en una paritaria pendiente- estaba claro que “los privados” de alguna forma le iban a tirar una soga al gobierno en la tensión final con la CGT de cara a evitar una medida de fuerza.

El decreto 1092, firmado en el día de la fecha convocando a las “mesas de la sarasa”, actúa como resorte formal para que se institucionalice la atomización de la negociación por “las migajas” de fin de año.

El segundo acto del operativo “finde tranca” lo llevo adelante el Gobierno en el plazo de los 10 días que se tomó entre reunión y reunión con la CGT dónde hábilmente instaló agenda y expectativas que se consumaron con los anuncios de ayer, y que van en línea con lo que habíamos anticipado en nuestra columna anterior –Bono no BonoCGT-, una ayuda “al sector más necesitado” y un beneficio impositivo a la parte alta de la pirámide salarial con la exención del impuesto a las ganancias sobre el aguinaldo.

Así las cosas, la extrema prudencia de la CGT a la hora de presentar sus reclamos soslayando despidos, siendo cauto con el reclamo del poder adquisitivo del salario y casi sobrevolando el cuestionamiento al sistema económico que lleva adelante el macrismo y que originó en este año la combinación brutal de achicamiento del mercado interno con apertura de importaciones, los dejó sin oportunidad de golpear la mesa y de correr al Gobierno “por izquierda”, frente a una oferta que luce a los ojos de trabajadores, y toda sociedad, como sumamente insuficiente atento a la enorme antipatía que brotó masivamente en las redes sociales al conocerse el resultado de esta negociación.

Blanco sobre negro, la CGT sólo pudo decir que obtuvo un logro aplicable al 10% de los trabajadores bajo convenio y este logro aún así es parcial ya que sólo se los exime del “impuesto al trabajo” sobre el medio aguinaldo de diciembre, algo que de todas maneras obtenían anualmente.

Un joven cura villero de la Ciudad de Buenos Aires, “peronista de Perón” y de cercanía con Francisco no pudo contener su temperamento aguerrido formado en la fragua de una de las villas mas populosas del Sur de la ciudad cuando ayer lo consultábamos por el impacto social en “su villa” de las medidas del Gobierno. “…a vos te parece que Francisco se va a meter en un paro o no paro con los quilombos que tiene?…no, viejo!, acá lo usan, él lo sabe, pero después también pregunta…cómo es la mano?, la Iglesia tiene que mediar para que los trabajadores soporten despidos y pérdida del salario? Vos crees que Bergoglio en serio se mete en esto para pedir prudencia frente a la degradación social?”.

Mientras de fondo suena el perforante riff de Keith Richards, Mick Jagger parece vocear la sensación mayoritaria mientras grita “NO SATISFACCION”.