MENOS MAL QUE ESTA DONALD

(por pablo cano) Finalmente se descubre sobre Mauricio Macri su profunda raigambre italiana, mas precisamente del sur italiano, y en un sentido homenaje a Coppola se cobró en una misma tarde/noche varias cuentas pendientes con el telón  de fondo de unas PASO que lo encontraron con mayor holgura en el resultado que el esperado y el andar timorato de una CGT que batió un nuevo record de síntesis al liquidar su demorada movilización a Plaza de Mayo en un acto de menos de 30 minutos y en una movilización que terminó con los tradicionales puestos de choripán rematando los choris a 30pe antes de las 16hs…todo un dato si uno toma que el propio Schmid había anticipado que el acto empezaba a las 15 y terminaba a las 17.

Mientras el Perro Verbitsky transitaba sobre la avenida de mayo la novedad de sentirse convocado a un acto de la CGT, Macri aniquilaba a Luis Scervino de la Superintendencia de Salud(hombre de Lingeri y ariete con los negociadores de la CGT a partir de la bisagra que da la caja) y también Triaca sacaba pecho cobrándose -con plena anuencia de Macri- la cabeza de Ezequiel Sabor, Secretario de Trabajo y hombre que había transitado la gestión en la ciudad de bs as junto al entonces jefe de gobierno Macri articulando un vínculo que resultó fructífero en el derrotero del Pro hacia Casa de Gobierno como fue el entente con Hugo Moyano.  Sólo resiste por ahora el jefe de Gabinete de Triaca -Ernesto Leguizamón- hombre del enigmático Secretario General del personal del Gas, Oscar Mangone. El Presidente (aquí lo adelantamos hace pocos días) había decidido empezar a ajustar sobre el mundo sindical convencido -quizás prematuramente- que ya tiene cocinada a CFK. La marcha del día de la fecha le funcionó a Mauricio del mismo modo que el bautismo del hijo de Connie le permitió a Michael Corleone recibirse de Padrino al demostrar que no le temblaba la mano para ajustar las teclas necesarias en el camino de consolidación de su poder.

Mientras Clarín se solaza con la foto de un prominente vientre con el tatuaje de Evita y el logo de la CGT y el aparato de redes de Marquitos Peña replicaba a full las fotos de las escaramuzas en una plaza que -hay que decirlo- no tuvo la convocatoria del lejano 7M y que fue prácticamente galvanizada por los aparatos con destacada participación de Camioneros, Macri tuvo el trago amargo de su «Luchessi», el amigo del golf Donald Trump, que además de cobrarle por la entrada de limones la importación de chancho de USA (si amigo, en la tierra del lechón ud se va comer un pechito de cerdo made in California) le puso sin aviso arancel de hasta el 60% àl biodisel afectando la exportación de 1200 millones de dólares, los que no abundan y son escenciales para que el déficit del comercio exterior no ajuste tanto la balanza comercial que acelere los ciclos históricos que Argentina padece de tanto en tanto porque su clase pudiente consume -sobre todo- dólares. Dólares que Argentina no produce.

Así son las cosas, el día que la CGT llega a Plaza de Mayo habrá que agradecerle a Donald que le aguó la fiesta a Mauricio al mostrarle que los trabajadores del norte (y obviamente sus patronales) presionan sobre un Estado a favor de los intereses nacionales. La modernidad no es tan nueva mi General…