Lejos de los Gordos, Moyano cierra filas con el armado del #21F

La multisectorial, hija de la movilización del 21 de febrero, parece empezar a formalizar sus lazos. Ayer referentes del moyanismo, la Corriente Federal de Trabajadores, la CTA de los Trabajadores, la CTA Autónoma, el triunvirato de San Cayetano, dirigentes sindicales de izquierda y representantes de Pymes se reunieron y fijaron una primera agenda de trabajo conjunta.

Buscarán encarar una serie de acciones coordinadas con el objetivo de llegar al 1° de mayo, día en el que de proyectan dar el segundo golpe. Para eso, el próximo miércoles se reunirán en la sede de la CTA y comenzarán a debatir un programa común. La idea es tenerlo listo al momento de salir a reclutar gremios, seccionales y dirigentes que hoy no se encuentran representados por la CGT, que se reunía en paralelo en la sede del Sindicato del Gas.

«Tenemos que salir de la lógica de pelearnos entre nosotros que es lo que le viene bien al Gobierno», relató uno de los dirigentes que estuvo en el cónclave de ayer. «La idea es salir a recorrer el interior donde hay mucha demanda», agregó. Es que las seccionales de la CGT hace tiempo vienen mostrando su disconformidad con el accionar de la central obrera. Esa grieta entre conducción central y regionales quedó en evidencia con los proyectos de reforma laboral y previsional que todas rechazaron de plano, a pesar de las dudas de los dirigentes nacionales.

Del encuentro participaron Pablo Moyano, Omar Plaini, Roberto Baradel, Hugo Yasky, Miguel Díaz, Sergio Sanchez, Carlos Minucci, Walter Correa, Pablo Micheli, Ruben «Pollo» Sobrero, entre otros dirigentes sindicales, referentes de la CTEP, de la CCC y de Barrios de Pie y representantes de organizaciones que nuclean Pymes.

Por diferentes cuestiones de agenda, no estuvieron presentes ni Hugo Moyano, ni Sergio Palazzo (que estaba en las empantanadas paritarias de los bancarios), las dos cabezas cegetistas más importantes en ese entramado que busca reeditar la experiencia la experiencia del MTA y que proyecta darle un lugar central a los movimientos sociales, que en los últimos años demostraron su capacidad de movilización y su poder de convocatoria.