Gente Pensando

Si uno observa con detención la reacción de “la gente” en los diversos foros que permiten la participación de los usuarios para comentar noticias del mundo del trabajo prácticamente encontraría dos mitades, los que putean a los sindicalistas -con la conducción de la CGT a la cabeza- desconociendo su legitimidad como actor político (“corruptos, ladrones” y otras sutilezas…), y los que putean a los sindicalistas -con la conducción de la CGT a la cabeza- por su incapacidad de ponerse al frente de la lucha del movimiento obrero (“transeros, entregadores, …con la cabeza de los dirigentes…” y poética asimilable).

Esto, que parecería un callejón sin salida para la institucionalidad de cualquier corporación, es en realidad la oportunidad que tiene el movimiento obrero, y que de alguna forma se va articulando aluvionalmente y a los ponchazos, a partir del “capital social” instalado en las bases a partir de los últimos 12 años de sustancial mejora en la calidad de vida de los trabajadores bajo Convenio Colectivo.

Así como circulan los videos de personas que se plantan ante la brutalidad de las fuerzas de seguridad, son varios cientos de miles los que se sienten “trabajadores” en el sentido clásico y que demandan un nivel de representación que no encuentran -aún- en la orgánica del movimiento obrero.

El afiche que ilustra esta nota – pegado profusamente en el microcentro porteño el día de ayer- es una muestra en superficie de lo que se cocina dentro del mundo del trabajo. Hay una caldo de cultivo para que aparezca “otra” dirigencia gremial que -seguramente y tal como lo fue Néstor Kirchner en el 2003- vendrá desde lo que ya está integrado al movimiento obrero esperando su oportunidad para emerger.

No haciendo nombres propios, está claro que la agenda distributiva entre capital y empleo que propone Cambiemos vuelve a poner al movimiento obrero en la misma situación que el menemismo originó en los tempranos 90´s y que fue el catalizador de las apariciones en las grandes ligas de los Germán Abdala y los Hugo Moyano.

El encuentro que en estas horas están realizando los mismos actores que motorizaron la Marcha Federal (desde Pablo Moyano a Hugo Yaskym pasando por la Corriente Federal y con el aviso a la distancia del MASA que pendula entre el Momo y la adhesión a paro) marca un nuevo tiempo que precisa de generosidad, habilidad y contexto para completar el ciclo necesario en el cual los laburantes con conciencia de tales vuelvan a unificarse en la representación de una dirigencia que sientan propia, con menor o mayor identidad, pero que por sobre todo la sientan eficaz a la hora de defender empleo y salario.