Aeronáuticos resisten el techo salarial y ya hay demoras y cancelaciones de vuelos

Más de una veintena de vuelos de Aerolíneas Argentinas que debían partir en las primeras horas desde el aeroparque metropolitano Jorge Newbery fueron cancelados esta mañana debido a asambleas que realizan trabajadores aeronáuticos en reclamo de un aumento salarial.

Los servicios cancelados hasta las 7.15 son los tenían como destino Río Cuarto; El Calafate-Ushuaia; Río de Janeiro; Tucumán; San Pablo; Rosario; Resistencia; Córdoba; Mendoza; Posadas; Santiago de Chile; El Calafate-Trelew; Salta; Paraná; Mar del Plata; Montevideo; San Luis; Comodoro Rivadavia; Jujuy; Viedma y Bahía Blanca, informó Aeropuertos Argentina 2000.

Con todos los plazos de negocaciones y conciliación vencidos, ayer volvieron a fracasar las discusiones salariales y hoy habrá un último intento a las 15 horas para evitar que el fin de semana largo se convierta en un caos.

“Estamos pidiendo ajustar los salarios por la inflación. El Gobierno se sentó en un 16 por ciento. Va a haber un conflicto de muy alta intensidad”, había adelantado Pablo Biró, máximo dirigente de los pilotos (APLA).

eE contrapunto no sólo está en el porcentaje, sino en una de las secuelas que quedaron de la negociación del año pasado. Entonces, los gremios lograron una recomposición salarial de alrededor de 42 por ciento. Ese convenio firmado con la entonces presidenta de la empresa Isela Costantini tenía una cláusula que ahora se volvió en contra. Gran parte del aumento era no remunerativa durante 11 meses, pasados los cuales empezaría a sufrir descuentos como sucede con el sueldo de la mayoría de los trabajadores formales.

Esos 11 meses se cumplieron hace un mes y la consecuencia es que el sueldo de bolsillo resultó menor que el del mes anterior en el que no se tributó por ese monto. Ahora la empresa ofrece un 16%, el techo salarial del Gobierno para 2018, más una cláusula gatillo y un bono.

Los gremios reclaman aumentos que están entre 24 y 26 por ciento, pero partiendo de la base del sueldo antes de los descuentos, por lo que la brecha todavía es muy amplia.

El conflicto parece ser una especie de adelanto de lo que serán las negociaciones en 2018 y le sirve al Gobierno para testear la resistencia ante la imposición de lo que es su patrón salarial previsto.